Cariño, ¡¡¡estoy embarazada!!!.

Aquí hay algo muy importante, por favor, todos los padres, maridos, parejas, HOMBRES!!! Nunca digáis “que alegría ESTAMOS embarazados” ¡¡¡¡¡¿Cómo que ESTAMOS?!!!!!! No os equivoquéis, nosotras somos las que estamos embarazadas, y vosotros sois los que sufriréis –que no es poco- nuestro cambios de humor, si somos primerizas, además, notareis nuestros miedos, y sobre todo lo que notareis son nuestras manías, que, sin saber muy bien porque, nos aparecen de forma incontrolada.

Te das cuenta que no puedes soportar ese olor del suavizante “fragancia talco” que llevas usando los últimos 5 años, y no quiero imaginar cuando nos entran las manías con el orden, ver esa cocina con una puerta entre abierta, o el lavaplatos con los vasos y cubiertos mal colocados, o ese plato que no está colocado entre los dos raíles y está perfectamente paralelo al resto de platos. Claro que lo peor está por llegar, cuando nuestro cuerpo empieza a adquirir cierto volumen y nuestro estado anímico empieza a flojear.

Todas sabemos que es una bendición poder estar embarazadas y poder tener un hijo, pero a veces el embarazo se hace algo cuesta arriba y ver como nuestro cuerpo se trasforma, ver como durante el primer trimestre, si tienes los típicos síntomas, tu mejor compañero se llama cariban, o ver que tus tobillos han perdido su forma o darte cuenta que hace semanas que no te ves los pies. Hace que empezamos a estar tan cansadas que lo único que sale por nuestra boca son ladridos. Pero lo más inestable no es eso, sino nuestro estado de ánimo, y no siempre somos capaces de controlarlo. Nos ponemos a llorar porque no nos sentimos queridas, o a reír como locas viendo a los Monty Paython o lloramos de alegría cuando sentimos la primera patada de nuestro hijo en el interior de nuestro vientre.

Y de repente llega tu marido, que ya ha pasado de la fase de “que alegría estamos embarazados” a la fase de “cariño que mal llevas el embarazo” y te dice que hace tiempo que no hacéis el amor. A ver chicos, esto es fácil, si normalmente necesitamos cariño, ternura para despertar en nosotras una apetencia, ahora más que nunca necesitamos muuuuucho más de vosotros.

En estos momentos no sé si entendéis lo imprescindibles que sois en nuestras vidas, si entendéis lo frágiles que nos sentimos, lo vulnerables que nos hacemos y lo inseguras que nos volvemos. Necesitamos más que nunca esas caricias que hacen sentirnos queridas, mejor dicho, que hacen sentirnos amadas, refugiarnos en vuestros brazos para sentirnos seguras y protegidas. Necesitamos de vuestros besos llenos de ternura y cariño. Necesitamos que nos hagáis sentir femeninas y que nos hagáis sentir sexy, incluso sin tobillos.

Es fácil llegar a nosotras a través de la delicadeza y comprensión, y nunca desde la queja y el reproche. Es verdad que embarazadas estamos más sensibles de lo normal y que en ocasiones podemos estar “irritables”. Que nos refugiamos en “hoy no cariño, que estoy embarazada” ¡Si, nosotras también somos egoístas! y no cedemos en nuestra entrega por falta de ganas. No somos generosas en nuestro amor y nos amparamos en el agotamiento que nos produce el embarazo, día  tras día. Pero con un poco de comprensión, con una caricia, un “qué guapa estás embarazada” o un “me encantas con esa tripita», importante el diminutivo, suena bastante mejor, recordarlo. En resumen con sentirnos deseadas, nos volveremos hacia vosotros para encontrar al amor de nuestra vida. A la persona que hemos elegido para ser felices.

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