Creo que no hay peor castigo que el silencio. No se dice nada, pero lo expresa todo. ¿Quién no se ha enfadado con su pareja, por cualquier motivo, y hemos discutido, gritado e incluso llorado? Pero tras una discusión cuando lo que nos encontramos es silencio, nos invade un sentimiento de profunda tristeza e impotencia.
Muchos de esos silencios vienen provocados por la incapacidad de expresar lo que uno siente en ese momento. Por la soberbia que impide desnudar el alma y quedar con el corazón expuesto. Incluso a veces por un “no sé qué” que te obliga a callar, aunque quieras gritar o que te obliga a silenciar todo aquello que quieres contar.
Cuando nos enfrentamos a ese silencio ensordecedor, lo primero que nos sale es incomprensión ante la persona que tenemos delante. Empieza a crecer en nuestro interior un sentimiento de ira y desánimo, que se mezclan a partes iguales. Miras a los ojos de la persona y no ves “nada” solo el vacío provocado por su silencio. Y en ese preciso instante te planteas “y para que, si las cosas no van a cambiar, siempre es lo mismo. SILENCIO”. Solo vemos esa parte dolorosa que nos provoca la indiferencia de una mirada vacía. Solo vemos el corazón de piedra de la persona que calla. Solo vemos la frialdad de la palabra ahogada en el silencio.
Pero a veces lo que nos somos capaces de ver, es la necesidad que tiene la persona de hablar, pero no sabe cómo. No somos capaces de ver como se encierra más en ella misma cuando se siente atacada y su corazón se vuelve más frágil, pero su boca sigue callando. No somos capaces de ver más allá de nuestra propia frustración por ese silencio que tanto dolor nos provoca e incluso nos desestabiliza emocionalmente.
En ocasiones tan solo, lo que necesita es ser acompañada, es tenderle la mano una y otra vez, ya que este proceso de romper un corazón duro, es un proceso largo, que puede durar toda la vida y puede ser agotador. Pero es saber comprender y aceptar la persona que tenemos en frente. Es saber ver cómo, poco a poco, nos devolverá esa palabra que llevamos tiempo esperando. Como ambos iniciaremos un camino que nunca hemos andado juntos, que estará lleno de caídas y recaídas y donde nos sorprenderá vernos como nos ayudamos a levantarnos el uno al otro.
Es verdad que en otras ocasiones, sabes utilizar este SILENCIO como arma arrojadiza, que no se lanza pero es la que más duele. Somos capaces de mostrar la mayor de nuestras durezas a través de esa indiferencia provocada por el silencio. Somos capaces de negar una palabra solo por el dolor que nos provoca la situación de crisis en la que nos vemos inmersos. Somos capaces de callar ante la mirada de anhelante de nuestra pareja.
En situaciones como está, tenemos que mirar en nuestro interior y ser sinceros con nosotros mismos y llegar entender los motivos de nuestro rencor. Los motivos de nuestra dureza de corazón. Los motivos que hacen de mi silencio un arma. Y a partir de ahí aprender de nuevo a coger esa mano que me están tendiendo día a día. Saber hablar con la mirada y pedir perdón con un abrazo. Tener la valentía de compartir mis miedos. Tener la fortaleza de seguir caminando juntos en “QUIERO QUERER QUERERTE”
Qué certero y qué difíciles son esos silencios… Gracias, Ana, por poner nombre y contar todas esas cosas que tantas veces vivimos y pocas veces contamos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Mil gracias Sara, me alegro que te guste
Me gustaMe gusta
El silencio aveces a la clave. y poder entender a uno mismo.
Hoy tenemos un momento para responder a esta pregunta de su Mente. Y momento para este mundo que nos llevar e no sabemos adonde. Y da las gracias porque hemos podido entendernos en esta realidad según esta oración para la paz interior e una mirada al mundo, y gira alrededor de esta pregunta, vida buscando hasta dia de hoy quien de nosotros tiene la respuesta o entiende algo que deberíamos. Y sigue haciendo vuelta alrededor del fenomeno. Y hasta dia de hoy seguimos ignorando su existencia. y pareciendo a lo que son sin saber quienes somos. Y siguimos viviendo este mundo sin saber lo que nos pasa, nos lleva e nos encierre a despertarnos de aquellos.
Y aveces la misma clave es el codigo para poder desarollar nuestras capacidades a entender lo extraño que es su Mente.
Autor : Bassi Ebenezer
Me gustaMe gusta
El silencio aveces es la clave. y poder entender a uno mismo.
Me gustaMe gusta