Igual ha llegado el momento de revisar nuestra idea de un cuento de hadas. Que es posible un final con “… y fueron felices y comieron perdices”? sin lugar a dudas, pero creo que tenemos mal contado nuestro cuento de hadas. De la misma manera que tengo claro que se puede ser feliz para toda la vida, tengo igual de claro que para que el amor perdure, tiene que haber un equilibrio entre el sentimiento y la voluntad, entre sus luces y sus sombras.
Todos los cuentos pueden empezar y terminar de la misma manera, chica conoce a chico, se enamoran… y fueron felices. Pero que es lo que ocurre entre medias que no sale en los cuentos? Eso que no sale, es lo que yo llamo un matrimonio.
Lo que no sale en los cuentos son aquellos momentos que tarde o temprano llegan como las discusiones, los enfados, e incluso los gritos. Pero también llegan los momentos de reconciliación que nos hacen comprender que seguimos juntos porque nos amamos.
Tampoco sale en los cuentos las decepciones que llegan por miles de motivos como la falta de cariño, como -la reina de muchos matrimonio-s la silenciosa rutina que erosiona poco a poco los cimientos de muchos matrimonios. Pero también llegan las ganas de lucha por seguir adelante, innovando cada día para destronar a la rutina y recuperar las muestras de cariño.
Por supuesto, tampoco sale en los cuentos las infidelidades que tanto daño hacen, rompiendo la confianza, haciendo crecer una semilla de rencor que a veces se riega con indirectas y reproches, con silencios cargados de falta de perdón e incluso falsos arrepentimientos. Pero también están las ganas de seguir luchando pro ese sentimiento que se mantiene vivo a pesar de la herida, las ganas de sanar y seguir juntos de la mano, y ¡¡SI! con voluntad con mucha voluntad, con amor mucho amor y con perdón mucho perdón.
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