Matrimonio y Amigos: una cuestión de estado

Todos los que me conocéis sabéis que soy la mayor fan de mi marido, más que su madre jajajaja. Pero también soy una defensora a ultranza de nuestras parcelas individuales, en especial aquellas que compartimos con amigos. Además de necesarias de forma individual, son sanísimas para el matrimonio.

NO hay que hacerlo TODO juntos, de verdad que no, que necesitamos nuestros espacios y eso no significa que nos queramos menos, ni que no nos necesitemos, ni nada parecido. Nuestros tiempos con amigos nos hacen crecer y nos hacen ser más generosos, mejores personas ya que implica dedicar uno de los bienes más preciados que tenemos, NUESTRO TIEMPO.

A lo largo de estos años he visto como algunas parejas han ido descuidando esto poco a poco hasta verse aislados de sus amigos y eso a la larga supone, no solo quedarse solos, sino un foco de conflictos entre ellos. Es necesario que vosotros os vayáis de vez en cuando un jueves de cervezas o a ver la champions con vuestros compañeros del curro. Incluso un fin de semana de colegas. De la misma manera que nosotras tenemos que quedar de vinos con nuestras amigas, no descuidar esas amistades porque somos muy de “si no estoy yo la casa se hunde” AH y mas que recomendable una escapada al año de fin de semana de chicas ¡¡¡¡Eso no tiene precio!!!!

Pero también he visto parejas descompensadas. Donde, por ejemplo, el hombre tiene muy bien organizado su parcela privada y ella ha ido descuidando sus amistades hasta verse sola y vivir a través de su marido. De verdad que hay que equilibrar esta balanza y nunca, pero nunca se equilibra haciendo que él deje de lado sus planes, creo firmemente que se tiene que equilibrar haciendo crecer la parte individual de ella.

Cuando me encuentro estas situaciones, y me da igual cual sea la “parte” descompensada si la de ella o la de él, lo que sí es algo común a todos, es la lista de reproches que salen de la persona que no cuidó su parcela privada. Aquí he podido comprobar que en muchas ocasiones esos reproches están llenos de rabia hacia uno mismo por no haber sabido mantener su pequeño mundo que le hacer ser mejor. Esos reproches están cargados de cierta envidia porque proyecta en el otro lo que no ha sido capaz de alimentar.

No nos confundamos, el matrimonio es una bendición y nos une para siempre, pero no somos SOLO uno, nos hemos unido en cuerpo y alma, pero para que esa unión funcione necesitamos de nuestros amigos, de nuestra familia, de nuestro trabajo, de nuestras parcelas individuales que nos enriquecen. Cuando te casas y comienzas a tener una vida que va a toda velocidad, hijos, trabajo, casa, etc. en ocasiones podemos dejar de lado aquello que no es urgente, pero que es muy importante. LOS AMIGOS.

Cuidar de los amigos es un ejemplo para nuestra pareja, un modelo para nuestros hijos y un regalo para nosotros. Así que sin pasarse de frenada (que también los hay) y de la mano de vuestro marido, de vuestra mujer hacer lo imposible por cuidar esas amistades que a veces no mimamos con suficiente cariño. Ya que querer a los amigos es un acto de voluntad y por supuesto implica poner en practica el QUIERO QUERER QUERERTE y por eso te dedico tiempo.

Deja un comentario