Las sensaciones que tenemos las mujeres cuando el matrimonio hace aguas, cuando los enfados son frecuentes, cuando las discusiones empiezan en el desayuno o estamos en una de esas crisis de los 5 años, o de los 7 años o de los 10 años o de los 15 años o de los 18, 20, 25, creo que son muy diferentes a las sensaciones que tenemos cuando existe un vacío en la cama.
Creo que la falta de relaciones sexuales en un matrimonio dice muchas cosas de ambos. Dice indiferencia, dice enfado, en otros casos dice falta de admiración e incluso falta de respeto. En muchas ocasiones somos nosotras las que mantenemos un diálogo silencioso con nosotras mismas y llegando a conclusiones que en ocasiones son erróneas. Otras veces sois vosotros los que pasáis a una fase de falsa aceptación e inapetencia. Pero de lo que estoy segura es que esta falta de relaciones habla de soledad.
Creo que en ambos casos existe un dolor ahogado disfrazado de cansancio o de estrés. Creo que la falta de entrega en ambos casos va erosionando cualquier cimiento del matrimonio, por fuertes que los creamos. Creo que empieza a germinarse un rencor en cada uno de nosotros que con el paso del tiempo es difícil de romper. Creo que no solo endurece nuestro trato sino también nuestro corazón.
La falta de relaciones con su marido tiene efectos en una mujer que van mucho más allá de la parte física, la cual considero importantísima. Le hace plantearse -en ese auto dialogo silencioso- si su marido seguirá enamorado de ella. Claro ya vamos teniendo una edad y las cosas no están en el mismo sitio colocadas. ¡¡¡ Donde estarán madre mía!!! Será por eso? porque ahora estoy en una 40 y mis rodillas están más cerca de mis tobillos. O será porque ¡¡¡hay otra!!! Mmmm Claro ahora trabaja mucho, diría que más que antes. Es más, ahora que pienso, viaja mucho… y todas las semanas. AAAHHHHHHH!!!!!!
Bueno creo que me entendéis. Y no creo que el peor enemigo sean los tres mil millones de mujeres que existen en el planeta y que nuestro marido ha descartado por estar con nosotras. Creo que nuestro peor enemigo muchas veces somos nosotras mismas. Nos generamos interiormente un conflicto que no existe y somos capaces de provocar que se convierta en algo real. Somos capaces de convencernos que existe ese problema hasta generarlo. Y esto se debe a nuestra falta de seguridad que nos provoca ese alejamiento. Nos hace sentirnos menos queridas, menos deseadas y menos femeninas.
Los hombres también acusan la falta de relaciones con nosotras. En muchas ocasiones se sienten meros productores del hogar familiar. Trabajo, trabajo y trabajo. Se lo empiezan a creer, empiezan a trabajar más y más y a no importarles tener que viajar tanto. Poco a poco empiezan a pensar que se merecen algo mejor y que su mujer no le mira con otros ojos que no sean con los que miramos una tarjeta de crédito. Empiezan a enfocarse en otras actividades y a suplir esas ausencias en otros menesteres.
Creo que a ambos nos afecta esa falta de contacto físico. Nos afecta esa falta de caricias, de besos. Nos afecta esa falta de sentir el cuerpo de nuestro marido moviéndose de forma acompasada mientras nos hace disfrutar. Creo que os afecta esa falta de sentir nuestro placer en cada movimiento. Creo que a ambos nos afecta esa complicidad que solo nos da la unión de nuestros cuerpos. Creo que nos afecta esa falta de interés en dar placer al otro. Creo que nos afecta el provocar y excitar a nuestra pareja como más le gusta. Creo que nos afecta la falta de innovación e interés por sorprender al otro. Creo que nos acomodamos en tener la misma versión cada noche y en no querer buscar los “rombos” en nuestra relación. El buscar esa ruptura con la rutina no deja de ser un buen camino para demostrarnos que QUIERO QUERER QUERERTE
.
Ana, has dado en la diana con esta publicación; porque conozco varios casos…. y te aseguro que el marido es un gran esposo y padre.
¿Pero, qué puede hacer el marido (en esta edad de los 40-50 y tantos), cuando su esposa se niega en redondo?
Yo sé lo que sufre el marido, pero la esposa sufre por no querer tener relaciones conyugales?
Gracias, y no sé si esto tiene arreglo.
Me gustaMe gusta
Mi pregunta es la siguiente, se han transformado las relaciones conyugales en una atracción solo del cuerpo?
Han descubierto en sus cónyuges la belleza del alma? En el encuentro se percibe esa entrega total! Es un proceso y empieza por trabajar la comunicación en todos los aspectos! Toda una aventura , al margen de la altura de las rodillas ,,,,
Un saludo !!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
No por aupuesto que no. Pero es complementaria a la belleza del alma. Tienen q darse las dos. Si una la desplazamos o decidimos ignorarla el matrimonio se resiente.
Y si la comunicacion es clave en cualquier relacion. Una comunicacion basada en la sinceridad. Y desde luego una aventura que con una nota de humor tambien nos reiremos de la altura de nuestras rodillas.
Me gustaMe gusta