El deseo está en CRISIS

Escuchando a muchos matrimonios hablar de sus relaciones me pregunto que es lo que ha ido pasando para que lleguen a esta situación de tibieza, de indiferencia o incluso de abandono total del lecho conyugal.

Una de las conclusiones a las que he llegado es que perdemos el DESEO. Se va apagando poco a poco y no lo alimentamos, damos por hecho que el deseo siempre vivirá en nosotros, como cuando estamos en el momento álgido del amor. O lo que es peor, damos por sentado que es natural perder ese deseo con el paso de los años. Y nos olvidamos que el deseo se alimenta, se cultiva, se prepara, se comparte y sobre todo se disfruta.

¿Existe una fórmula mágica para mantener vivo ese deseo? No lo creo. Pero de lo que si estoy segura es que el deseo se apaga si no se trabaja. También creo que despertar el deseo en tu pareja es todo un arte, un arte lleno de voluntad, de respeto, de amabilidad, de entrega, de generosidad y de amor hacía el otro. El deseo se puede despertar de muchas maneras y desde planos diferentes.

Nuestras vidas serán más o menos cotidianas y eso nos obligará a ser algo más ingeniosos. Ingeniosos para despertar el deseo en nuestra pareja, pero no nos olvidemos despertarlo en nosotros mismos. No podemos esperar que nuestro deseo siempre sea trabajado por el otro, creo que cada uno debemos hacer nuestro esfuerzo. Es verdad que aquí viene otro elemento básico para agitar ese deseo, y es la IMAGINACION.

Hay que trabajar la imaginación, hay

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Desayuno con Diamantes: ya os aviso ¡¡¡¡¡ES UN MITO!!!!!

No se vosotras, pero no lo veo. De verdad no os imagináis la odisea que fue. Será que no soy americana y por eso no se me da bien, igual soy mas del estilo español “bienvenido Mr. Marshall” en fin… el caso es que fue uno de esos mitos que se me cayó, pero se me cayó para siempre, de por vida. Igual la experiencia me ha dejado algo de huella y con un poco de suerte encuentro a alguien que se identifique conmigo, sería un apoyo moral jajaja.

En fin… que me dio por eso y una mañana así romántica como la del día de los enamorados me levanto prontito, siete de la mañana -mi marido tiene la mala costumbre de levantarse pronto toooodooos los días- la que duerme con uno así, sabe de lo que hablo. La verdad que la cosa no empezaba bien, madrugón. Seguimos avanzando en la composición del desayuno. Primero cogemos una bandeja para ir dejando con mimo todas las cosas:

  • Café con leche calentito por supuesto, con 8 o 9 de sacarina, si, lo sé, seguro que incluso es más sano el azúcar perooooo… Tal cual a la bandeja.
  • Zumito recién exprimido, ufff son las siete de la mañana, ponte a exprimir, mucho ruido, se va a oír y luego ponte a limpiar el exprimidor, está claro, un buen desayuno en la cama merece el esfuerzo.
  • Un platito con fruta cortada, unas fresas, un kiwi, unos arándanos, todo muy détox.
  • Como soy organizada descongelo el pan de semillas para hacer unas tostadas, aquí dudo, a él le encantan con mantequilla, pero estamos en modo “sano” y le pongo el aceite, jamón serrano y tomate para prepararse unas buenas tostadas con todo el sabor español.

Todo colocadito en la bandeja, servilleta, cubiertos, todo ideal. Te dispones a llevarle la bandeja y te das cuenta del primer inconveniente serio. Tardas unos diez minutos en llegar a la habitación, ya que cada paso tiene que ser milimétricamente medido para que no se vierta nada de la taza del café, que ya llega medio frio, o del vaso de zumo. Una vez en la puerta de la habitación, que previamente habías cerrado para que no oyera los ruidos, dejas la bandeja en el suelo, abres, entras, vuelves a dejar la bandeja en el suelo cierras -ya son las ocho y pico – y miras y de repente por primera vez en tu matrimonio a las siete y media, ¡¡¡no está despierto!!!!!

¡¡¡Me diréis que no es mala baba!!!!!, en fin, entonces una empieza el proceso de tos compulsiva a ver si así se estimulan sus oídos y logramos que el amor de mi vida se despierte. Et volilà, se despierta sobresaltado preguntándose que está ocurriendo y según abre los ojos y me ve ahí de pie con “bandeja en mano” y el día de los enamorados, solo se le ocurre: <<¿Qué haces ahí con eso en la mano?>>, nada cariño estoy ensayando para ser camarera. Le dejas algo descolocado, pero rápidamente te recompones y le dices: <<cariño felicidades por el día de los enamorados, te he preparado un desayuno sorpresa y te lo he traído a la cama>>.

Entonces llega el mayor de los errores que hará arrepentirte de esa idea melancólica y sentimental que no pensaste y solo ejecutaste. El se incorpora en la cama, pero no tiene la inclinación perfecta entre cabecero-cuerpo-cama, pero aun así depositas la bandeja sobre sus piernas. Y ves como en el interior de esa taza de café, emborrachado de sacarinas, se empiezan a generar unas inestables olas que acaban produciendo un pequeño tsunami que hará que el café se desborde inevitablemente al platito que colocaste bajo la taza. Efectivamente al zumo le ha pasado algo parecido, pero no has estado lista, no hay platito bajo el vaso de zumo.

Si, es nuestra naturaleza, bueno igual solo es la mía, pero veo que me tenso, me acerco, le cojo la bandeja y le digo: cariño, igual es mejor que te incorpores un poco más para que estés cómodo. MENTIRAAAA, ya me da igual si está cómodo o no, las

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Tú eres mi NO media naranja

Si, lo sé, seguramente no es políticamente correcto desdecir una frase tan aceptada y con tantas connotaciones positivas. Pero también creo que muchos de los que me leéis estaréis de acuerdo conmigo que las medias naranjas no se encuentran, sino que se cultivan, se trabajan y se cuidan. Cuando alguien dice: <<he encontrado a mi media naranja>> me vais a perdonar, pero lo primero que me viene a la mente es un buen zumo de naranja. Claro que también pienso que está en esa fase de enamoramiento que a veces nos nubla un poco, que nos empaña la vista… vamos que nos ciega jajajaja. O incluso pasados muchos años decimos es que mi pareja es mi media naranja.

Pero soy de las que piensan que existen miles de medias naranjas para cada uno de nosotros, que no solo existe una persona en el mundo que está hecha para nosotros, eso sería muy cruel. Sinceramente creo que cuando encuentras a alguien que te complementa, que tiene esas cualidades que para ti son importantes, que te hace reír -algo que se agradecerá siempre- que te hace sentir esas mariposillas que te ponen nerviosa, que tan solo el roce casual hace que se te erice la piel, que hace que no dejes de mirar el móvil, es la naranja completa que tienes que empezar a cultivar.

Yo me veo mas del estilo de “te con pastas” o “café con leche”, bueno mejor “fresas con nata” que me parece comoooo algo más sugerente,

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El rencor daña y el perdón repara

Parece una frase sencilla, hasta rima, pero entrañan una gran dificultad llevarlas acabo en nuestro día a día, en especial con las personas que más queremos. Con las que más cerca tenemos, que además suelen ser a las que más herimos. Son tan solo cuatro palabras, pero juntas son un estilo de vida.

El otro día leí en Instagram una pregunta que hacía @psico_eire, y preguntaba: ¿Si pudieras, borrarías tus recuerdos desagradables? Las respuestas en general y resumiendo mucho, se podrían agrupaban en dos:

  • No, ya que han hecho de mi lo que soy y he salido reforzada.
  • Si, me provocan dolor y a veces no me deja crecer.

Por supuesto sin entrar en el ámbito psicológico ya que no tengo ni conocimiento ni experiencia, me llevaba esta reflexión a las relaciones de pareja. Cuantas veces hemos dicho o hecho algo que ha dañado a nuestra pareja, a nuestro compañero de viaje, a la madre de nuestros hijos, a nuestra “no media naranja” (que de esta naranja ya os hablaré en otro post jajajaja). Pero lo más importante es, ¿Cuántas veces hemos archivado en nuestra hemeroteca mental todos los agravios recibidos? Y estos crecen y crecen…

Efectivamente, esta frase encierra un estilo de vida, un trabajo constante que dependerá mucho de la actitud de cada uno de nosotros. Podemos optar por hacer una lista de agravios y sacarla en cada discusión. O ironizar sobre sus “maldades”. O hacer comentarios punzantes delante de los hijos. O…

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Caja de la Nada Vs Muro de Berlín

Siii, compañeros míos, esto del matrimonio tiene otro lado de la moneda. Así que hombres casados identifíquense, hombres solteros prepárense. Seguro que todos nos acordamos de ese día maravilloso que fue nuestra boda, tú, allí en el altar viendo venir a tu novia del brazo de su padre y según la ves piensa “madre mía es perfecta” quedaros con este pensamiento, lo necesitaréis más de una vez a lo largo de vuestra vida en común.

Igual alguno aún no se ha dado cuenta, deciros que “ellas NO son prefectas” pero importante ¡¡¡¡no se lo digáis NUNCA!!!! Da igual la edad, el momento, la circunstancia, recordarlo NUNCA. Cuando digo nunca es nunca, ni en esos momentos maravillosos, después de una noche mágica, los dos embelesados en la cama y donde ella te susurra al oído algo del estilo: <<cariño dime algo que no te guste de mí>> NOOOOOO, no caigáis en la trampa, os gusta tooooodo, TODO, pero todo.

Si cometéis el error de contestar algo tipo: << bueno hay algo que no me gusta que es…>> os vendrá un tsunami que no habrá forma de parar. Empezando por un “inocente”: <<ah! Que no te gusta…>> mientras su cuerpo ya de ha separado del tuyo, ya no hay contacto físico y el contacto visual nos empieza a poner nervioso. Su mirada es inquietante y nosotros nos ponemos en modo alerta, “sé que ha pasado algo, pero no tengo claro el que”. Intentamos suavizar nuestra respuesta con algo tipo: <<bueno no es que no me guste, sino que…>> y ya no podemos terminar la frase. Consejo entrar en vuestra Caja de la Nada, ahí estaréis protegidos… hasta que encuentren la forma de entrar jajajaja.

Entonces empiezas a notar como se crea esa pantalla invisible que no te deja acceder al otro lado, donde ellas se encuentran, es lo que llamo “el Muro de Berlín”. En función de tus respuestas puede ser muy alto y grueso y muy, muy frio. Ellas se ponen en “modo avión” pero no os confiéis, siguen encendidas, aunque no emitan. Tan solo están rearmándose, buscando titulares en su hemeroteca mental. Están calladas, con la mirada perdida y emitiendo un silencio ensordecedor, un silencio que sabes que no trae nada bueno.  Ha llegado el momento de contraatacar, sal de tu caja, en este momento no valen ni besos ni abrazos, recordar hay un muro impenetrable, pero con sus fisuras. Son…

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Mmmmm, Si, mi marido NO es PERFECTO!!!!

Si, lo se. Aunque me ha costado aceptarlo me he dado cuenta que mi marido no es perfecto. De verdad que lo quiero con toda mi alma, pero no es perfecto. Si lo digo algo sorprendida, porque recuerdo perfectamente el día que iba hacía él, por el pasillo de la iglesia cogida del brazo de mi padre, vestida de blanco. ¡¡¡¡¡Madre mía que guapo estaba!!!!! Era…. PERFECTO.

Aaaahhhh, pero luego llegó el despertar y la convivencia y entonces empiezas a ver “detalles tontos” que te dan pistas que igual no es tan perfecto. Detalles tipo: el tapón de la pasta abierto, la maquinilla fuera de su vaso de maquinillas, la tapa sin bajar… Pero te dices: “Ana, no seas exigente ni que tu fueras perfecta”… Pero todas por dentro pensamos que lo somos o sino, nos acercamos mucho porque nosotras ¡¡¡¡¡¡SI cerramos el bote de pasta!!!!!! jajajajaja.

Entonces llega una mañana de un martes cualquiera y entras en el baño. Miras alrededor y piensas: “¿si aun no tengo hijos, que ha pasado? Y te vuelves a la cama pensando que eso no es real. ¡¡¡¡Pero si!!!! esas pistas, que nos han ido dejando los meses anteriores y no hemos estado rápidas en captar, brotan todas de golpe y por unos segundos te planteas: “quien ha estado en nuestro baño”.

Y despiertas y le miras sorprendida, atónita, aterrada, etc. Pero él como si nada, te mira y te da los buenos días, así con esa ligereza del que sale del baño después de haber dejado los churretones de la barba en el lavabo al lado de un pegote de pasta de dientes, el espejo decorado con las mil y una gotas de agua y se ha secado con tu albornoz. Te asomas a la ducha y acto seguido le miras y le dices: “Cariño creo que te estás quedando calvo”. Al inodoro aun no he entrado, aun no me he atrevido jajajaja.

Estas “zonas de guerra” se van ampliando con los años y un domingo cualquiera te sientas en tu cuarto a leer y ves en SU mesilla ¡¡¡¡TRES TAZAS!!!!!, pero ¿¿¿Cómo han llegado ahí??? ¿¿Desde cuándo hace colección de tazas?? ¿¿¿Por que no vuelven a la cocina??? Entonces piensas: ¿habrá hecho una merendola con los niños en el cuarto? Por un momento ese pensamiento te hace hasta ilusión, hasta que te das cuenta de que tus hijos no toman café. Pero…

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EL PESTILLO: pieza clave en un matrimonio.

Quien no tenga uno en su dormitorio, que se haga YA con uno. Es más, deja lo que estás haciendo y corre a por uno, pero ya. A ver hay un mundo maravilloso de pestillos en Amazon y de entrega inmediata, de verdad, os dará tranquilidad y a nuestros hijos -aunque no lo sepan- les ahorrará algún que otro trauma jajajaja.

Es una pieza que adquiere su valor cuando los niños comienzan a andar y de repente, sin saber como, aparecen una noche en la entrada del dormitorio con algún: “mama tengo sed”, “no encuentro mi chupete, osito…” Momento ideal para enseñarles donde dejamos el vasito de agua, ponemos seis o siete chupetes por la cama y si es necesario atamos el osito a la cama. La primera vez que aparecen por esa puerta, es posible que estemos en un día de esos de “hoy no toca” o de “me duele la cabeza” aaayyyy pero el día que se alinean los astros y todo confluye en el mismo momento?

Con los años y los hijos esa pieza tiene un valor, me atrevería a decir que, incalculable. La cantidad de micro infartos que nos va a ahorrar!!!!! Todos esos ruidos que normalmente no existen pero oímos, todos esos sobresaltos ante el más mínimo crujir de la casa o esa ansiedad que nos entra pensando en “y si no le oigo y entra”. En fin es un sin vivir y que nos sucede, y perdonarme pero creo que en especial a nosotras:

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Cariño, hoy no, que me duele la cabeza

Nooo, en serio??? Creo que debo de tener la mujer con mayor porcentaje de dolores de cabeza del planeta, de la GALAXIA. Igual debería ir al neurólogo, creerme, no es normal. Se que muchos de vosotros pensaréis que vuestra mujer ostenta esa posición, igual y como mucho, os dejo compartir dicho puesto con mi querida esposa.

Como bien sabéis, somos muy distintos, chicas, por si no os habéis dado cuenta, ¡¡¡somos muy básicos!!!, recordar, tenemos una maravillosa caja de la nada si, si, de la NADA y si nos decís que no os pasa nada, nos lo creemos, y aunque os parezca increíble sabemos leer entre líneas, pero creernos que lo vuestro no es escribir entre líneas. Lo vuestro es escribir con un código secreto que pocos hombres son capaces de descifrar. Solo los “Grandes Maestros” son capaces de intuir que ahí hay algo, yo no conozco a ninguno, pero dicen que existen.

De verdad, si por algún momento llegarais a comprender la importancia que tienen vuestros abrazos, vuestros besos, vuestras caricias, vuestra entrega, igual esos dolores de cabeza se atenuarían día tras día. Desaparecerían esos pijamas o esquijamas de terciopelo gordo brillante ¡¡¡dejar de poneros esos pijamas, por favor!!!! Preferimos subir la calefacción!!!!. Se diluiría ese cansancio crónico que padecéis desde que entramos en casa hasta que nos metemos en la cama. Que, por cierto, aunque no lo creáis, nos damos cuenta de que no es posible tardar tanto en llegar a la cama, no es de extrañar que cuando lleguéis estéis “agotadas” Y nosotros algo frustrados.

A veces, cuando nos echáis en cara vuestro cansancio porque no ayudamos…, y nos ponemos en “modo entrega” nos encontramos con cierta resistencia al cambio o lo que viene llamándose hacer las cosas a nuestra manera. Os poneis algo “nerviosas” jajajaja. Por ejemplo, momento lavaplatos:

  • No, así no, pásalos primero por agua, no así no, pon los llanos aquí los hondos en esta parte. Ya no hablamos de los cubiertos: los cuchillos boca abajo que, sino luego te puedes pinchar con ellos, los tenedores y cucharas boca arriba que, sino ocupan mucho espacio, las cucharillas y tenedores de postre en el cestillo corto y ya no paso al mundo vaso que eso ya es “pa nota”. A ver, esto es de máster en organización vamos que cada vez que me enfrento al lavaplatos me plateo llamar a @la_ordenatriz.
  • Claro que el momento estrella es el momento “baño niños”, que si no lo cojo bien que lo voy a ahogar, que no los deje en remojo, que les frote pero suave, que le seque sin frotar, que le abroche el pijama pero sin apretar…, de verdad hacéroslo mirar jajajaja.
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Cariño, hoy toca, no?

A ver chicos ¡¡¡¡por favoooorrrr eso nunca!!! Hoy toca??? De verdad me lo dices!!!! Jajajaja en serio creo que no hay mejor antídoto para alejar a tu mujer de la cama que frases de ese estilo. No se si toca o no toca, si hoy es sábado sabadete, cena y “abracete”, no se como cada pareja tiene organizados sus encuentros conyugales, pero lo que creo que todas estaréis de acuerdo conmigo que lo de “hoy toca” y similares solo nos provoca un: “aunque me apetezca hoy NO TOCA” jajaja.

Como muchas veces he comentado somos muy diferentes, que por cierto bendita diferencia, y aunque hay algunos vídeos, muy graciosos, (tipo este https://www.youtube.com/watch?v=dTMzfFjaTT8) donde se nos describe con una personalidad “algo compleja” creo que realmente es solo una cuestión de esfuerzo el que nos entendáis, así podéis ser más felices. Os diría que es más bien ya una cuestión práctica. La ecuación es fácil: mujer feliz… ¡¡¡hombre tranquilo!!!!

Es verdad que necesitamos nuestros momentos, nuestros tiempos, y que somos algo más perezosas o incluso egoístas a la hora de comenzar una noche fogosa ¡¡Así… de repente un martes cualquiera!!. Uff a veces solo de pensarlo a muchas se nos pone cara de: “mmm… igual tardo más en llegar a la cama a ver si con suerte se ha quedado dormido”. Si es una realidad, muchas veces utilizamos esta técnica para evitar deciros que no, que os pongáis pesados, nosotras más tensas e incluso algún que otro enfado y acabemos escuchando frasecitas del estilo “yo creo que ya toca, no?” llevamos n días.. semanas… años…en fin en este matiz no entro que he descubierto que la horquilla va desde las horas a los años!!!!

Os voy a dar varios trucos sencillos, no necesita de gran elaboración y si de algo de conocimiento sobre vuestra mujer. Cosas que no suelen fallar:

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La verdad?? Yo tampoco se como hablar contigo de sexo

Se que necesitas hablarme, se que necesitas compartir conmigo nuestras inquietudes del dormitorio, se que me estás esperando. Pero también se que no puedes y creo que yo tampoco se cómo dar ese paso. Porqué tu necesitas hablarlo, necesitas compartirlo. Pero yo necesito mucho más que hablarlo. Necesito mucho más que compartirlo, necesito vivirlo, necesito entenderlo, necesito sentirlo.

Al igual que tú, tengo sentimientos encontrados, tengo miedo a ser juzgada por ti. Tengo miedo a que me mires de otra forma. Tengo miedo a no saber disfrutar de ti, a rechazar tus caricias por una vergüenza impuesta por una educación donde el sexo se veía como algo sucio o como ahora que se ve como algo tan banal y frio que ha dejado de ser una entrega de dos personas para ser tan solo… “un rato”.

Tengo la curiosidad de sentir como son esos nuevos besos que de vez en cuando has dejado caer. Quiero experimentar esas caricias nuevas que a mitad de camino se han perdido entre las sábanas. Tengo la necesidad tanto de comprender, de avanzar como el parar. Y siempre llego a la misma conclusión, creo que ambos estamos atascados en el mismo punto.

Hay que empezar por romper la espiral del miedo, el miedo a una conversación sincera, el miedo a juzgarnos, a no comprendernos. El miedo a sentirnos vulnerables, el miedo a hablar a corazón abierto y empezar por una conversación serena. Sino somos capaces de romper esta espiral en la que estamos, sin quererlo nos iremos alejando poco a poco hasta el punto de no saber compartir nuestra intimidad, hasta el punto de convertirnos en dos extraños en la cama.

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